H.digital:jueves, 18 de marzo de 2010
Bronca dura en el seno de las cajas de ahorros. Este miércoles estaba previsto que Quintás diera el pase al presidente de Ibercaja, Amado Franco. Todo iba sobre carril hasta hace 24 horas. Entonces todo se tuerce. Medel plantea problemas de forma: no se puede elegir un nuevo presidente habiendo uno. Quintás se ofrece a retirarse. Nadie dice nada. Silencio tenso. Finalmente se va. Por la puerta de servicio. Una salida poco digna tras 16 años de mandato. Queda Fainé como presidente interino hasta el próximo 20 de abril. Se trata de ganar tiempo. Exactamente la misma estrategia que están siguiendo con el proceso de reestructuración financiera.
Pero el debate de fondo, por supuesto, no es formal. El debate es si las cajas deben de ser bancos o no. O dicho de otra manera, si deben de emitir cuotas participadas con derechos políticos. Todos los liberales se apuntan a esta tesis. Fainé también. Sería la reestructuración de verdad del sistema. Y les permitiría a los 'cajeros' soltar lastre de los poderes públicos. Pero los gobiernos autonómicos se resisten. Así que el debate se centra ahí. Esta es la razón de que se hayan dado mes y medio.
Otro de los temas encima de la mesa es si es razonable que un presidente de una caja como La Caixa con intenciones de fusionarse con Caja Madrid sea presidente de la patronal. Pero ese es otro debate...Tras la renuncia de Quintás, Isidre Fainé toma las riendas interinas en el sector
Rato maniobra para que Amado Franco, presidente de Ibercaja, no se ponga al frente de la Ceca
Su nombramiento dificultaría una operación entre Caja Madrid y la entidad aragonesa
3 comentarios:
No no deben. Como tampoco debe dejarse que sean los Consejos de las cajas los que decidan si se fusionan o no. Véase el caso de Caixanova que no se quiere fusionar con nosotros única y exclusivamente porque los miembros se su consejo temen perder su silla y prefieren quedarse sentados hasta que en un par de años se desmorone el suelo sobre el que están.
El acuerdo para la fusión de las cajas está cerrado. Según ha podido saber vigoalminuto de fuentes de la máxima solvencia, la unión se hará de manera paritaria, para ello Caixa Galicia venderá parte de sus activos con el fin de situar los mismos en la misma cantidad que Caixanova. Las sedes de la nueva entidad (Caixa Atlántica o Caixa do Atlántico) se repartirían entre Vigo y A Coruña: la dirección general, que con toda seguridad ocuparía José Luis Pego, actual director general de Caixanova, estaría en Vigo y la presidencia, que ostentaría José Luis Méndez, director general de Caixa Galicia, se quedaría en A Coruña. El consejo de administración de la entidad fusionada pediría a Julio Fernández Gayoso, actual presidente de Caixanova, que asumiese la dirección vitalicia de la obra social.
El acuerdo se completaría con la retirada del recurso de inconstitucionalidad planteado por el Gobierno contra la Lei de Caixas. Pare ello, la Xunta, que ya había consensuado 6 de los 11 puntos en discusión con el ejecutivo central, aceptaría adaptar el texto a la normativa andaluza, manteniendo las particularidades gallegas, un paso que sería suficiente para los responsables del gobierno Zapatero.
El empujón final al acuerdo, que tendrá que negociarse y que tardará semanas en hacerse público, lo dio el Banco de España al exigir la inmediata concurrencia de las entidades crediticias y la proximidad, más que posible, de un entendimiento entre Caixa Galicia y Caja Madrid, lo que habría hecho reaccionar a los alcaldes socialistas de Lugo, Santiago y A Coruña y al presidente de lla diputación de esta provincia, partidarios de la fusión y, en varios casos, miembros del consejo de administración de Caixa Galicia.
El acuerdo para la fusión de las cajas está cerrado. Según ha podido saber vigoalminuto de fuentes de la máxima solvencia, la unión se hará de manera paritaria, para ello Caixa Galicia venderá parte de sus activos con el fin de situar los mismos en la misma cantidad que Caixanova. Las sedes de la nueva entidad (Caixa Atlántica o Caixa do Atlántico) se repartirían entre Vigo y A Coruña: la dirección general, que con toda seguridad ocuparía José Luis Pego, actual director general de Caixanova, estaría en Vigo y la presidencia, que ostentaría José Luis Méndez, director general de Caixa Galicia, se quedaría en A Coruña. El consejo de administración de la entidad fusionada pediría a Julio Fernández Gayoso, actual presidente de Caixanova, que asumiese la dirección vitalicia de la obra social.El acuerdo se completaría con la retirada del recurso de inconstitucionalidad planteado por el Gobierno contra la Lei de Caixas. Pare ello, la Xunta, que ya había consensuado 6 de los 11 puntos en discusión con el ejecutivo central, aceptaría adaptar el texto a la normativa andaluza, manteniendo las particularidades gallegas, un paso que sería suficiente para los responsables del gobierno Zapatero.
El empujón final al acuerdo, que tendrá que negociarse y que tardará semanas en hacerse público, lo dio el Banco de España al exigir la inmediata concurrencia de las entidades crediticias y la proximidad, más que posible, de un entendimiento entre Caixa Galicia y Caja Madrid, lo que habría hecho reaccionar a los alcaldes socialistas de Lugo, Santiago y A Coruña y al presidente de lla diputación de esta provincia, partidarios de la fusión y, en varios casos, miembros del consejo de administración de Caixa Galicia.
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