Legalmente, Feijóo y Aguirre tienen toda la razón: el FROB atenta contra las competencias que la Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (1985) otorga las comunidades autónomas sobre las cajas de ahorros. Sólo arguyendo que la entidad está en peligro de quiebra, el Banco de España puede intervenir. Ahora bien, hasta ahora sólo ha entrado en crisis una mediana entidad: la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha. ¿Qué pasa si el Tribunal Constitucional impide una intervención financiera del supervisor? Podría ser el caos.
Y encima los resultados de las cajas de ahorros en 2009 han sido pésimos. Lo anunciaba en la mañana del lunes la CECA.
Lo más curioso: Aguirre invoca el mando autonómico sobre las cajas cuando ella no manda nada en Caja Madrid (mandan Rajoy y Rato) y Feijóo hace lo propio a pesar de que Julio Fernández Gayoso, presidente de Caixa Nova, le ha toreado a gusto. La última del ambicioso Gayoso, apoyado por los socialistas, consiste en querer absorber a Caixa Galicia, 1,5 veces mayor que Caixa Nova.
Al final, lo que está en juego no es la sanidad de las cajas de ahorros -sobre las que se exagera innecesariamente- es quién manda en las cajas: el Gobierno central, los autonómicos o el Banco de España. Y luego, al fondo, el debate ideológico más serio: el de quienes creen en las cajas de ahorro como entidades mutuales frente a los que están empeñados en convertir las cajas en bancos, entre los que se encuentra el socialista Fernández Ordóñez.
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